viernes, 27 de octubre de 2017

Soy tuyo y seré tuyo, ¿recuerdas? Lo prometí.

Soy tuyo aunque otras uñas rasguen mi espalda.
No es una decisión que se tome de prisa, es una realidad que salió de mi boca mientras mi alma ardía y mis ojos se deretian mirando a los tuyos.
Soy tuyo porque la vida y la muerte pertenecen al mismo destino, pertencen al mismo camino y por más que traté de cruzar la calle sin ti, no puedo.
Desde que nací todo tenía un  por qué, ver el día pasar a la par de mis juguetes, tomar un crayón y dibujar.
Luego te conocí y entendí que con mis dedos también podía dibujar, pintar galaxias en tu cuerpo, uniendo los lunares haciendo un camino con mi lengua y entrelazar nuestras manos con cada pulso de mi corazón.
Y pienso que a cuántos más le dirás "soy tuya" y a cuántas les haré el amor como lo hacía contigo, con la única esperanza de encontrar algo de ti en ellas.
Los besos con esa sonrisa infinita que cruzaba y arrancaba cualquier día de mierda que tenía encima, quitabas porquería de encima para poner un infierno en mi cabeza con sólo imaginarte desnuda.
Soy tuyo, porqué mi sudor se quedo contigo.
Soy tuyo, porqué así hacías que lo repitiera cada vez que besaba tu cuello, y por ende, terminaste haciendo que lo sintiera.
Estaré en una cama que no es la tuya, le besaré el cuerpo y posiblemente haré que diga mi nombre, pero déjame decirte que nunca me había gustado tanto mi nombre cuando lo escuche salir de tus labios.
Es doloroso porque no quería sentir otra piel encima de la mía y obviamente duele como una patada en el estómago imaginar tu cuerpo encima de otro, pero así es el destino.
Pertenecernos el uno al otro mientras estemos con alguien más.
Soy tuyo y seré tuyo, ¿recuerdas? Lo prometí.

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